Archeobotanica - Civiltà Nazca



Novembre 2009 * Designed by Gloria Piacenza


Aggiungi il sito di Luigi Piacenza ai tuoi preferiti Aggiungi ai preferiti!
Contattatatemi!!!



(BOLETÍN Museo de Arqueología y Antropología - ISSN versión electrónica 1609-8994)

(pag. 3 di 4)


EVIDENCIAS BOTÁNICAS EN ASENTAMIENTOS NASCA

 

 

ESPECIES AUSENTES

 

Contrastando nuestros resultados con los actuales datos arqueobotánicos de varios sitios del Perú, resalta inmediatamente las ausencias de la coca (ErythroxYlum sp.), la papa (Solanum sp.), el molle (Schinus molle) y el faique (Acacia macracantha). Estos dos últimos son árboles silvestres que forman parte de la vegetación actual del valle de Nasca. Al mismo tiempo, merece hacerse notar que otras especies, si bien aparecen entre la colección botánica de los sitios Nasca, su cultivo moderno es raro. Éste es el caso particular de la jíquima (Pachyrrhizus tuberosus) y el palillo (Campomanesia lineatífolia). Teniendo en cuenta estas observaciones, a continuación se hace una evaluación individual de las especies mencionadas.

 

 

Coca (Erythroxylum sp.)

 

En Cahuachi las hojas de coca son escasas y en los otros sitios están del todo ausentes. Los restos hallados en Cahuachi corresponden a una ofrenda funeraria vinculada a un fardo de la fase "Nasca 8" excavado en 1986 en la unidad Q3, Sector Y4-Exp. 12. Las hojas, puestas en una bolsa de tela, son pequeñas, de forma lanceo-ovaladas, y miden de 20 a 40 mm de largo por 10 y 12 mm de ancho. En base a los estudios y publicaciones de Rury y Plownian (1983), Plownian (1984), dichas muestras parecen pertenecer a la especie Erythroxy1um novogranatense var. truxillense. Otro hallazgo de las hojas de coca son las recuperadas en la urildad Q2, Sector Y1- Exp.50, excavada en el año 1994. Las hojas, probablemente mascadas, estaban sueltas en un hoyo en el suelo. Desde luego, permanece en la duda si esta muestra fue introducida en tiempos antiguos o arrojada por los huaqueros. Las hojas son alrededor de 20, todas de gran tamaño y miden de 40 a 80 mm de largo por 20 a 40 mm de ancho. Se asemejan bastante a la coca boliviana (Erythroxylum coca var. coca) (véase Rury y Plowman, 1983: 339, plate 39). Tomando en cuentala gran destrucción de tumbas Nasca, las evidencias provenientes de varios asentamientos tienden a sugerir que la coca no fue de amplio uso en ese tiempo. Por ejemplo, las vasijas de esta sociedad sólo ocasionalmente representan personajes mascando coca. Estas vasijas pertenecen a las fases Nasca 6-7. Entre la colección botánica del sitio de Gentilar, ubicado en el valle medio de Acarí y ocupado durante la fase 7 del período Intermedio Temprano, Valdez (1994b: 354-355) también ha notado la ausencia de la coca. Sin embargo, son comunes las bolsas de coca en cementerios de la época Huari, lo que sugiere que el consumo de esta planta fue introducida por los Huari en la costa sur (Valdez, 2000: 23). Hay que recordar que Schreiber (1999: 169) afirma que la ocupación Huari en la costa sur parece haber estado orientada al cultivo de la coca.

 

 

Papa (Solanum sp.)

 

La ausencia de la papa presenta un problema similar al caso de la coca. Parece muy difícil creer que la gente Nasca no comiera papa, pero hasta la fecha los restos botánicos de esta planta no han sido encontrados. Sin embargo, Helaine Silverman (1993: 292) afirma haber encontrado restos de papa y cuantifica la muestra en 5,2 gramos, que representa el 0.037 % de todas las plantas alimenticias halladas por ella en Cahuachi, Puede ser que la papa, siendo un producto alto-andino, no haya formado parte de la colección de plantas alimenticias cultivadas por los Nasca. Se puede admitir que unas pocas cantidades de papas llegaran a Cahuachi, transportadas por peregrinos u obtenidas mediante el intercambio, aunque no utilizadas como ofrendas, cosa que sí ocurre con otras plantas, como el camote, la yuca, la achira y la jíquima, todas típicas de la región Nasca. Además, se debe considerar que en la iconografía Nasca, muy rica en imágenes fitomorfas, que yo conozca, hasta la fecha no se ha identificado ninguna forma o dibujo que sugiera la presencia de la papa. Mientras no se hallen ofrendas o residuos alimenticios, el uso de la papa permanecerá incierto.

 

 

Jíquima (Pachyrrhizus tuberosus)

 

La jíquima es una leguminosa cuya parte comestible es la raíz nabiforme. Durante el período de la Conquista, la cosecha de la jíquima era, probablemente, aún abundante, pues aparece entre la colección de productos agrícolas enumerados con fines de impuestos (Valverde, 1865: 98). Actualmente, su cultivo es casi desconocido (YacovIeff, 1933). La jíquirría habría tenido una función importante en la subsistencia Nasca, ya que la encontramos representada en la cerámica, en los tejidos y, al parecer, en los geoglifos Nasca (véase Foto 1). Bernabé Cobo (1891) relata que la jíquima es: "comida cruda sirve neJruta, y en tiempo de calor refresca mucho" (Libro Cuarto, Cap. XVII). Quizás, esta característica fue aprovechada por la gente que vivía en ambientes secos y calurosos, como es la región Nasca. En las excavaciones generalmente se encuentran fragmentos de las cortezas del tubérculo. Las piezas halladas en Cahuachi son 670, más siete tubérculos enteros puestos como ofrenda, hallados en 1994, en el Sector Y1 2-Exp. 5 1. En Pueblo Viejo se hallaron 34 fragmentos y dos en Quemado.

 

Palillo (Campomanesia lineatifolia)

 

El palillo es una myrtacea descrita el año 1798 por Ruiz y Pavón en Sistema vegetabiliumffirae Peruvianeae et Chílensis; Classis XII. Icosandría Monogynia. Los autores relatan que el nombre vernacular del árbol es Palillo etftuctus Palillos appellant, y que el árbol crece en ambiente marítimo y en lugares cálidos de los Andes. Su fruto es una baya semi-esférica y aromática. Se afirma que las mujeres peruanas acostumbraban poner los frutos, que son amarillos y comestibles, entre las flores por su suave perfume(5). Parece que, a través del tiempo, esta especie perdió no sólo su nombre autóctono, sino también su presencia cultural efectiva. A veces, bajo el nombre de palillo se identifican otras plantas, lo que dificulta su búsqueda. Por ejemplo, con esa denominación, YacovIeff y Herrera (1935: 78) presentan la suana (Escobedía scabrífolia R. & E), nombrada por Cobo como "azafrán de los Andes" (189 1, Libro V: 45 5). El término palillo no aparece en el primer vocabulario quechua de Holguín (1608). Enrique Tovar (1966) afirma que el "palillo" es un nombre genérico de varias especies vegetales y entre ellas la Campomanesta lineatifolía. Información similar se encuentra en el vocabulario de Soukoup (19 87), que incluye a la Campomanesía líneatifolía entre distintas especies denominadas palillo. Brack Egg (1999: 97) afirma que para la Campomanesia lineatífolia hay también el nombre "palillo caspí" y que en quechua de San Martín, la Campomanesia sp. se denomina reme. Su árbol también es una rareza. La única planta que he podido apreciar, buscándola en todo el valle de Nasca, fue encontrada en el valle de Acarí (Acarí Viejo), en la chacra del señor Elthel C. Montoya. El árbol, un poco arruinado, parece tener más o menos 70 años. Los frutos antiguos del palillo están presentes en casi todos los estratos y niveles de las excavaciones de los sitios Nasca. Los frutos fueron hallados en Cahuachi, y en su totalidad superan los 12 kilos, miden entre 10 y 26 mm de diámetro y 12-18 mm de espesor, mientras que los frutos hallados en Pueblo Viejo, Quemado y Jumana cuentan unas decenas. Todos ellos están bien conservados y enteros en su mayoría. La gran cantidad de frutos de palillo recuperada haría pensar que en otros sitios arqueológicos de la costa peruana pudiese estar presente. En los sitios considerados las evidencias ya son numéricamente diferentes, pero salta a la vista la rareza de evidencias arqueológicas en otros sitios de la costa peruana. Puede ser que las noticias referentes al palillo queden entre los datos no publicados. El palillo está presente en Lurin, con dos semillas (Cohen, 197274: 58). En Sechín (Vilcapoma, 1988: 85) y en Pampa Grande (Shimada y Shimada, 1981: 33) hay presencia de palillo pero los autores advierten que son muestras recuperadas fuera de contexto estratigráfico. Finalmente, 41 muestras de palillo han sido recuperadas en Caral-Supe (Shady, 2000: 64).

(5) "Virus et usus: (Palillo).. Fructus, quos peruvianae Feminae in florum mixtura odoris suavitate frequenter apponunt, lutel et edules sunt" (Ruiz y Pavón, 1798.: 128; 1957: 197).

 

 

CONSIDERACIONES FINALES

 

En las distintas temporadas realizadas a partir de 1984, se recuperaron 82 especies botánicas y, entre ellas, 75 han sido identificadas. Las que no lo fueron, por falta de elementos diagnósticos, pertenecen a especies de herbáceas silvestres. La comparación de las especies botánicas halladas en Cahuachi y en los otros sitios Nasca pone en evidencia que plantas alimenticias análogas formaron parte de la colección vegetal. De todas éstas, la más significativa es la ausencia de la papa. El conjunto de plantas cultivadas masivamente, puesto en evidencia en los estratos de las diferentes construcciones, especialmente, en Cahuachi, sugiere la existencia de una agricultura bien desarrollada en la región durante la expansión Nasca. La presencia de los productos agrícolas, colocados en los "pozos de ofrenda", también refuerza esta observación, además de resaltar la especial función de Cahuachi. Las actividades ceremoniales que se realizaron allí debieron tener estrecha conexión con la agricultura (Valdez, 1994a), tal como lo evidencia las ofrendas mencionadas líneas arriba. Finalmente, se puede sostener que muchas de las plantas cultivadas, encontradas en los estratos de los sitios Nasca tienen una larga historia como especies domesticadas, especialmente en la región costeña. Con los datos comparativos provenientes de asentamientos Nasca Tardío se podrá definir si algunas plantas presentes en sitios Nasca Temprano, como Cahuachi, desaparecieron y, además, determinar cuándo fue introducida la coca. En la medida que se realicen otros estudios similares, estaremos en mejores condiciones para reconstruir el antiguo medio ambiente Nasca.

 

 

AGRADECIMIENTOS

 

A Giuseppe Orefici por haberme ofrecido la oportunidad de cooperar con el Proyecto Nasca. A los profesores Carlos Ochoa, óscar Tovar, Carlos Ostolaza, Emna Cerrate, Ramón Ferreyra, en Lima, y a Luigi Aita y Mauro Durante en Italia. Todas estas personas, en los largos años de investigación arquebotánica en el Perú, me ofrecieron no sólo la oportunidad de conocer más, sino también su propia amistad y consideración. Finalmente, a Lidio M. Valdez por su paciente tarea de revisar los originales de este trabajo.

Resti botanici
Links consigliati
Dedica a Luigi